jueves, 5 de septiembre de 2013

Pie con bola

Richard Oelze



Tenemos lo que tarda en hacerse el café
para bailar esta canción. Creeme
todo está en llamas tras el ventanal:
los billetes en los cajeros automáticos,
el olfato de los perros y el reloj de los bartenders,
las llantas del transporte público. Bailemos ahora,
ahora que puedo dibujarte o componer animales
que se sujeten del viento.

Andar para que existan las calles
como si el descuido fuera un propósito
ahí donde hemos tenido un cuerpo y lo hemos usado.
El cauce de la noche pule el domo de la catedral,
un cráneo blanco que acontece lánguido frente al parque.
Los caseríos se relevan idénticos bajo los ojos de ese pájaro
que lleva algo revolviéndose en el pico,
¿el roedor que habita el alma? Sí.

Ahora estás en otra isla,
lo sé porque no regresan las viuditas
que libero con tus señas.

Creeme, yo quiero darte una flor cuando estoy triste,
pero no hay nada más difícil;
yo quiero voltear al amanecer cuando salís del sueño
igual que alguien que vuelve de la noche
cargando el día como un farol. Dar pie con bola amor,
tumbarle las manzanas al manzano

y hacer una ensalada.