martes, 27 de julio de 2010

Bolivar 29

En penthouse de 140 pesos
el D.F. voraz como un dios antiguo
abre sus fauces de bicho ambiguo
y hospeda la carne juntita al hueso.

Maximilianos sin sello ni alazán,
Carlotas pellizco de cortesana;
cuatro josefinos y una bogotana
le exprimen la lluvia a Tenochtitlán.

El metro, hijastro de la Serpiente,
lleno de almas alegres y dolientes
arrastra su panza en el inframundo

y un México hospitalario e iracundo
nos da de beber a mí y a los bailaos:
Violetera, Carlitos, Andrea y Pao.

Julio, 2010
México, D.F.

miércoles, 14 de julio de 2010

Ofelia distraída

El niño con caballo Picasso

sin embargo fue ella
con un pecho de dos lunas saludables y saladas
Violetera           con pecho de animala rugidora
levantando el polvo tras los trenes
que se achican en la memoria
para inventar distancias y canciones de viajeros
Violetera me fundó ciudades
en las cavernas del músculo arenoso
y en cada una puso un viejo criador de perros
que lamen sus ruinas monumentales
y olisquean sus ancestros imaginarios

Ofelia o Violetera o
muchacha de tetas como grutas de confianza
donde imaginar el fuego y tallarlo con palabras
me fundó ciudades y les acercó el viento
con un gesto del vestido
ciudades donde había solo ecos en reposo
y les puso parques que hospedan la niebla itinerante
para que los niños asesinos duerman y sueñen
sus venganzas amorosas
les acercó el viento Violetera
con un tañer de falda lleno de ánimos de pájaro
o de todo lo que vuela

Ofelia o Violetera o
como se llaman las mujeres
porque es buena
se distrajo
para entrarme en sus espasmos
y fundarme ciudades
en la máquina que pulsa
en el músculo arenoso
en la arena del molusco
se distrajo Violofelia.

lunes, 5 de julio de 2010

Ñat y Ñet (eiti leda)

-¿Usted se acuerda, señor Ñat?
-Poco, señor Ñet. Por suerte tenemos esta foto.
-Ah sí, la foto. ¿Qué habrá sido de esos tipos?
-Se enamoraron de todas las muchachas.
-Ah sí, las muchachas. ¿Qué habrá sido de las muchachas?
-No me acuerdo, señor Ñet.
-Yo tampoco.



Quiero verte la cara
brillando como una esclava negra
sonriendo con ganas, nena.
Lejos, lejos de casa
no tengo nadie que me acompañe a ver la mañana,
y que me de la inyección a tiempo,
antes que se me pudra el corazón.
Ni caliente estos huesos fríos, nena.

Quiero verte desnuda
el día que desfilen los cuerpos
que han sido salvados, nena.

Sobre alguna autopista,
que tenga infinitos carteles
que no digan nada.

Y realmente quiero que te rías
y que digas que es un juego no más.
O me mates este mediodía, nena.
Entrando al cuarto, volando bajo
la alondra ya está cerca de tu cama, nena.
Quiero quedarme, no digas nada
espera que las sombras se hayan ido nena.

No ves mi capa azul
mi pelo hasta los hombros.
La luz fatal
La espada vengadora.
¿No ves que flaco soy, no ves?
¿No ves que flaco soy, no ves?
Quiero quemar de a poco
las velas de los barcos anclados
en mares helados, nena.

Este invierno fue malo
y creo que olvidé mi sombra en un subterráneo.
Y tus piernas cada vez más largas
saben que no puedo volver atrás
La ciudad se nos mea de risa, nena.