martes, 30 de septiembre de 2008

Edie

"I’d like to turn the whole World on, just for a moment"
Edie Sedgwick


Parece un ser del alumbrado público
etérea
entre la luz: humo;
se desvanece en la acera
y reaparece en el próximo farol
con su minivestido de plata
y un caballo rojo en la boca
con su leotardo sin luna
y llena de agujas la piel

una mujer como ella
tiene que haber muerto al final de una guerra
cuando las sopas enlatadas se estibaban en las galerías
y rebosaban las copas efervescencia de Alka Seltzer

cualquier día de esos con frío en Manhattan
sola como un canto rodado de Dylan
se le vaciaban los ojos
mientras un botones del Chelsea Hotel preguntaba
Edie who?

viernes, 26 de septiembre de 2008

Presentación para cualquier eventual grupo de apoyo o bolsa de citas en la web


Soy hombre entrado en la calvicie digamos que temprano, no muy cerca de la vejez y muy lejano de la infancia (aunque claro, hablar de distancias sobre el tiempo no es más que un parloteo). No mujer, hombre que se corta las uñas en claro ejercicio de su modernismo y sofisticación. Heterosexual, producto de una infranqueable educación judeo-cristiana, o sea, aficionado a la mujer y a la pornografía. En política entre pasmado y bostezante aunque más de izquierdas, no por militancia ni rigores teóricos sino por pura empatía con la dignidad humana y otros espejismos y griales. Escéptico y descreído desde el epicentro del alma hasta las periferias de la piel donde empieza o acaba el mundo, según la corriente filosófica. Pesimista hasta el día de hoy, porque mañana ni siquiera es un rumor. Amigo de mis amigos. Huérfano por convicción. Amante de los animales al horno, a la parrilla o a la plancha. Ateo por decir algo si la conversa adquiere tintes evangelizadores. Misógino si alguna entendida en las Anas Istarú o las Tatianas Lobo paga los tragos. En fin, un impostor que como todo el mundo, quiso ser famoso y brindar bajo el sol del atardecer en una copa de cristal.

martes, 23 de septiembre de 2008

Las llaves de la casa

Financio mis satélites nocturnos con el humo que les compro a las personas de las ventanillas. Me subo a la ciudad en sus buses a la sombra de un sombrero que se alza hasta donde la lluvia lo permite. A través del ámbar ya se auguraba la embriaguez que corrige las deformidades de la noche y abre poros en los edificios. Nadie sabe de donde proviene esta neblina que difumina perros y ennoblece prostitutas, aunque en una luz distante todos hallamos la distancia. Huyéndole a los nombres procuro discotecas donde el calor se produce en masa y la piel brilla como los metales. Todos los corazones crudos palpitan silenciados fingiendo su muerte entre las luces, dejando que las sacudidas de los cuerpos parezcan artificios de las sombras. Un bienestar sin dioses se acurruca en el vientre y se siente bien. Luego, el reflujo de los vahos y de la estridencia me devuelve poco a poco a la intemperie, al oxígeno y al taxi de lujo.
Unos cuántos cadáveres de pájaros agavillados me hacen de llaves de la casa. El recuento es un olor a flores muertas en la memoria junto a la línea atenuada de un labio de mujer y un primer espasmo en alcanfor. Ahora dormir. Dormir en los olvidos veniales de las mañanas de barrio.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Diario

El desempeño de este día ha sido mediocre. Trabajo del que paga, lecturas desordenadas, la U acumulando polvo y ni un sólo verso decente. Ya me lo decía mi padre -Tres palabras en fila no hacen poesía y la poesía no sirve para el amor, para el amor lo que se ocupa es dinero-. Sin embargo, tengo la cabeza aturdida y no he bebido, señal de que cabalgamos Sancho, y se ha esparcido un aroma a café por toda la casa con un signo femenino que invita a las modestas ceremonias domésticas. El hecho de que llueva a cántaros es un detallazo. El dinero ya sabemos, va y viene.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Ensayos misóginos

Al Fabi

I
Llevado por el espanto
transité por la mujer,
como decir playa de arenas afiladas
y pájaros dormidos.

II
Una mujer
y ya está todo dicho,
la abominación y la belleza en tinta,
el fuego en el papel.

III
Línea de sombra,
falso vértice del vértice del triángulo,
geometría blanda de la minifalda
que se sienta.

IV
Desnuda consume el tiempo artificioso de los verbos,
vestida le nacen polinizadores de adjetivos.

V
Un vestido ligero
en las capitales o campos de Occidente
echa luz sobre los rudimentos religiosos
que nos sostienen.

VI
Fuma desnuda
como un ferrocarril abandonado
en las llanuras de la cama.

VII
Siempre que voy al mar
quiero estar en otra parte
donde la sal no seque el cielo de la boca
y la ciudad exista al abrir la puerta.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Marinero sin vocación

“De pronto, el mar suelta un caballo blanco…
y se queda dormido”
Rafael Alberti


Ya sean cristales forjados en el frío,
galope de caballos blancos
o cardúmenes de espuma.

Ya sean brazos absolutos disolviéndose,
furia inerte de dioses olvidados
o reminiscencias de un orgasmo de sirenas.

Ya sean prestidigitaciones
de lunas cegatonas y cinéfilas
o puro eco de voces aplacadas.

Estamos condenados al mar de las orillas
o a instalarle altares a los ríos de la isla.