Helen Levitt
A Fabián Coto
i
Cualquiera de estas noches resumimos.
Alguien, una mujer hermosa, escarba en su bolso,
busca una llave o un espejo,
tal vez monedas o un apunte;
desde otra mesa acordamos que esa imagen
podría perfectamente ser la eternidad.
Ahora nunca lloramos sobrios, costumbres que llegan con los años.
Otra imagen, otra mujer, en un cuento de Tabucchi,
se encuentra detenida sobre un paisaje árido,
una manada de caballos salvajes corren alrededor de ella
que cree estar desnuda y no entiende qué hace ahí,
mordiendo el polvo que levanta su visión:
Los emblemas de la nada, turn them into cash.
ii
Este enero amaneció con la última copa servida anoche
olvidada sobre la mesa, como única prueba de algún éxodo modesto,
como disipando el espíritu de la resaca
donde se cortan las luces de un sol joven.
Ah, pero desabastecimos el alma,
por dos o tres minutos cuajamos en hielo la sangre
y bailamos sobre el miedo antiguo donde los hijos prosperan
y se inventan la leyenda de los valientes
y el currículum de los indemnes recolectores de esquirlas;
por sentirnos bien, por alardear falsos cantos de cisne
que eran arcadas, turn them into cash.
iii
El tráfico aéreo sobre cualquier desierto
donde haya una columna y sobre ella un estilita,
recetas de cocina y de farmacia,
el encono de las loras mutiladas,
las ominosas sombras que se alargan
hasta desaparecer en la totalidad,
la deshonra de los atropellados,
aquella estrofa, si a mí me gusta que suenen,
pa’ qué los quiero engrasados,
la whirpool de la esposa del mecánico,
los retratos de familia,
el ángel bueno de Albertti como eufemismo para el gozo,
la electrificación de las guitarras, pero en casa, acústica,
y el vino y la cerveza, el trillito de migajas a la ebriedad,
las ganas de perder cuando se gana.
Hicimos varias listas.
El lánguido suceso de la amistad.
Los emblemas de la nada,
turn them into cash.
Febrero 2012
1 comentario:
Que hermoso, pendejo!!!
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