viernes, 5 de marzo de 2010

There's a fog upon L.A.*

A Carlos y Andrea


Con un relámpago inscrito
en lo profundo de los ojos
salimos esa noche.
Había ciudades que fundar bajo
el velo eléctrico de las luces de tergal,
donde los niños asesinos
alimentan fuegos con salmos redentores
y esculpen un ciempiés de cobre
con pepitas de orfandad y nylon
que liberan frente a los taxistas soñolientos.

Un silencio de aves dormidas
cubría el blindaje de los edificios,
rodeados por las hordas de pálidos
corazones de vidrio y granito
que nos amparaban:
así los besos nos sabían a níquel fundido y a romero.

-Todo lo que brilla es oro-
Hablaban los megáfonos
a la entrada de los caserones victorianos:
el sudor de las maderas simulaba
mujeres alargadas que descendían de lo alto
y parecían ofrecerle una fresa negra a los danzantes.
Al salir mojamos nuestros labios
en un viento de cenizas que nos hizo tiritar:
-Volveremos al hogar antes de que
la primera radiación
petrifique las estatuas.-
Se veían resplandores verdes
como estallidos en el horizonte.

*The Beatles, Blue Jay way

2 comentarios:

Jenaro dijo...

este tiene eso que tenían tus primeros textos... una preocupación por entender el "metabolismo" de la ciudad a través de eso que llaman poesía!

C.A. Fallas dijo...

Say No More.