Jan Saudek
Aullaron hasta arrancarse
de las dos alas de granito.
Los ángeles que nos cuidaban
se han rapado las cabezas
y subieron al primer taxi
que les hizo cambio de luces;
llevaban cobre en la cartera,
el escozor de los adictos
y gafas de visión nocturna.
Alguien les habló de nosotros,
de los cadáveres hermosos
de amigos o perros o poetas,
que velaríamos por fin
a la luz de los monitores
por donde vimos levantarse
el polvo de este siglo en nube.
Alguien les prometió la noche
para amar a los insepultos.
Supimos que seríamos libres
al ver sus alas amputadas
en habitaciones y parques,
supimos que en adelante,
donde bebiera hombre o mujer,
mearía un ángel y viceversa,
y que la guerra traería
la alegría y el miedo
de nuevo a los corazones.
Agosto-setiembre 2011
4 comentarios:
Verdaderamente hermoso, Edx. El ritmo es fluido, pero parece correr con aplomo. Hay imágenes bellas, tanto que no molesta siquiera su harta recurrencia.
me gustó así, me encantó... sin las amarras antes previstas
Salud!
Salud.
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