"usted ha escuchado esos pajaros. ¿su silbido? yo antes pensaba que eran portones."
María M.
¿Usted ha visto esas vagonetas? Esas que llevan una lona verde encima de lo que cargan. Yo antes pensaba que eran tortugas. Usted se ríe, como es natural. No sé si alguien me lo habrá dicho, mi hermano mayor, no sé. No sé si se me habrá ocurrido a mí así no más.
Es un recuerdo vago, una imagen sola de esa vagoneta formidable subiendo por la cuesta frente a mi casa. Yo pasmado mirándola pasar, imaginando a la tortuga estrecha en el cajón. Eso es. No es que pensaba que las vagonetas eran tortugas sino que la carga era una tortuga así grandota y la lona verde era, claro, su caparazón colosal. Es extraño, pero nunca quise saber nada más, es decir, nunca quise ver a la tortuga. El caparazón era suficiente para mí. No hice preguntas, no averigüé adónde las llevaban, si estaban muertas o vivas, qué hacían esas tortugas inmensas siendo paseadas por una calleja de un barrio cualquiera de Desamparados.
Tal vez tenga usted razón. Pero no sé, es extraño. Tal vez es que en el fondo yo sabía que no eran tortugas. Claro, eso era, yo sabía que era piedra, que era arena o tierra. Las vagonetas dejaban su rastro de materiales en la calle y yo no era ningún niño imbécil. Tortugas formidables vueltas arena. Por eso no preguntaba. Es un poco triste ¿no le parece?
2 comentarios:
Triste ciertamente mae.....me parece que podés darle más cuerda
Lo que me gustó es que es como una caricatura de Quino..
Efectivamente -como lo expresa c.a.fallas- es fiel reflejo de Quino, de su cotidianidad. Esa misma que se refleja en las líneas, simple y llana, sin menos ni más. Eso sí, no considero haga falta más para aumentar el verbo;las líneas logran el cometido: invitarnos a la puesta en escena del dancing cotidiano. Lo contrario se convertiría -creo yo- en un cajón cerrado, cuadrado y café.
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