lunes, 19 de octubre de 2009
Muchachas I
Ausencia con sombrillas. Maritza Verdaguer
Cómo llorabas cuando el viento
se ponía de tu parte y eras ese montón de muchachas
que amenazaban a la lluvia con sombrillas
y nos saludábamos como dos asesinos del sol
que asistían al derrumbe de la tarde sin ganas de morirse
cuando todos los fríos llevaban a diciembre.
Por supuesto que nada de eso fue así
porque en los recuerdos las noches son siempre más oscuras
y los trenes son a penas un silbido que se aleja
y en todos los aleros hay un gato amarillento a punto de fundirse con las sombras
y los peatones van borrosos por la acera
a imagen y semejanza de dios
con un tintineo de llaves en los bolsillos
y vos cargás la jaula de un pájaro violento en tu bolso
y yo te prometo un poema que no es este.
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7 comentarios:
Ves!!! Estos son los textos que uno dice: "jue puta, porqué no se me ocurrió a mí" Según Borges, este debiera ser el criterio de la crítica literaria
Entonces: "Jueputa, qué bueno que se me hubiera ocurrido a mí".
Y esa imagen, se las trae.
A mí me recuerda a una tarde en el café al lado de aquel boliche de segundo piso. Qué tarde de desgracia por la puta!
Pero era julio y yo no tengo un pájaro violento ;)
Líndisimo está...
Muy lindo viejo, por un momento creí que el pájaro iba a estar muerto en la jaula!.
Raaul. si, tiene ese aire de café de tarde, cuando había más tiempo para hacernos mierda.
Tiempo el que tengo de no verte con calma profe! Pero en fin, nos enfermamos de adultos responsables con trabajos y cosas que hacer!
Brindo por la nostalgia y por el muchachas I que sabe a lo mismo!
chas gracias. Salud!
JUEPUTA ENFERMEDAD!!
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