viernes, 18 de junio de 2010

Balada de Billy the kid


I
Yo quería hacerme el loco
pero el Quijote acababa en desamparo.
Quise ser hijo de padre y madre
pero Comala era un gran desierto
visitado en las noches por el fuego
y Hamlet moría envenenado y huérfano
pidiéndole testigos a las piedras.
-lo demás es silencio-
Sigo pensando que el corazón es arenoso y fuerte
y en él hay algo que galopa:
un canto de negros defenestrando rascacielos del Delta a Nueva York,
una pecera en las fronteras de la GAM inoculándole
tornasoles a un televisor en stand-by,
un lamento de camellos preñando de oasis rutilantes y estériles
los cielos de la luna nueva,
un tren expreso cargado de anónimos insomnios
atravesando los extensos condados de lo blanco,
un niño enloquecido que aprende a leer.

II
Vas a cerrar los ojos ahora, Billy the kid,
de mí viene la arritmia monofónica del teclado que te llama
y quiere ser la lluvia de esta tarde.
Vas a cerrar los ojos y pensar cuánto tardará la bala en alcanzarte
una vez Pat Garrett decida colgarse del gatillo
-come on everybody, and see the hanging of Pat Garrett!-
y te acurrucarás en ese instante y vas a querer sentirte triste
triste como los espejos en los que se ve Bob Dylan,
triste como el silbido de las balas perdidas
que jamás dieron con tu chaleco, William Henry Booney.
Triste como los hijos y la tierra y las esposas
de los hombres que dicen y ya no sabés si mataste
¿Quién te espera niño?
¿Las multitudinarias cabezas de ganado que braman
cuando huele a miedo en los pastizales?
Hay algo en el corazón.
¿Quién te espera niño?
There is something in Fort Sumner
riding on a nameless horse.

Junio, 2010


3 comentarios:

Rombonauta dijo...

Buena flaco, muy buena! Me gusta y me gusta que variaras.

Roncahuita dijo...

Bueno, muy bueno. Lo disfruté.

William Eduarte dijo...

saludos
me gustan muchos los textos
te interesaria publicar en la malacrianza?
un placer
william eduarte

willyaseb@gmail.com