“A tu sombra
me encontrarán los pájaros salvajes”
E.O.
Flores que Eunice creció
le sirven de cresta a un gallo.
Marchitándose, los pétalos nutren el tiempo.
Pensó que las maneras de un Arcángel
se repartían en polvo y en rocío
cuando ella aspiraba ráfagas de mañana y mediodía.
Pensó que rayos y que truenos
-el gran relámpago a ventanas abiertas-
curarían lo feo si una mujer auspiciaba las tormentas
desde un rascacielos, bebiendo vino Taylor
e inyectando de sus ojos el espacio.
Buscaba a Dios en las fronteras,
por eso fundaba nombres para lo escondido,
por eso reinauguró los minutos de las cosas
y le puso al mundo un toro y un caballo celestes
seguidos por caravanas de hojas de papel
que conjuraban el silencio y las soledades de un marzo latente.
Con fervor, se procuró desnuda para tocar los mensajes
y la música que humedecen el aire,
para ofrecerse al paladar de las mariposas
y lo que ellas transportan.
Ceñida de poesía llegó hasta el hombre, hasta la mujer,
y los conoció.
A pesar de que todos los pájaros salvajes dieron con su nombre
nada de esto la volvió nunca loca.
Jamás llegaron telegramas desde México
anunciando un vuelo, una hora,
a un país que tampoco los esperaba.
Mayo 2010
3 comentarios:
triste fin en sí mismo para Eunice por el país que no la esperaBA, resalto en mayúscula porque enbuehora -por lo menos- los poetas, retomamos su valor y su aporte a la literatura...
una poeta que me enseñó a ver!
saludos
Hacía falta que subieras algo flaco! Se te extrañaba en puta!
Luissiana: Sí, yo disfruté (disfruto) ampliamente leyendo la poesía, la prosa y las cartas -que son hermosísimas- en la edición de obras completas que hicieron de E.O; todo lo de ella acaba en gozo. He de confesar (que de confesión no tiene nada) que fui a su poesía luego de leer las páginas que Alexánder Obando le dedica en EMVP.
Saludos.
Rombo: Pues para eso se ausenta uno... para que lo echen en falta, jajaja!
Besos
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