Lucien Clergue
Ha rodado la piedra sus edades
y la han envuelto los sueños
calientes de la tierra.
Peso muerto de las multitudes
en el Nuevo Testamento y en Bob Dylan,
Heraldo del destino en José Alfredo.
Piedra limpia cuando agua
y humectada cuando barro.
La piedra que no sueña ni palpita
y es del tamaño de un puño
o de un corazón de homínido
y, aunque el viento viente
y la levite en polvo,
la piedra piedra.
2 comentarios:
Genial el ritmo, la cadencia...
Saludos
que bonito, uno más para el catálogo de textos tuyos que nunca voy a "musicar"
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