Hace rato vengo con ganas de escribir un textito en respuesta a los picheles, tarros, jachas, banderines y dedos en alto que se producen -cada vez con más frecuencia y confianza- que cometo la imprudencia de llevarme un cilindrito de esos fumables a la boca. Pero qué va, me salían puros panfletillos afectados infumables.
La noche del viernes pasado, en el "Micrófono abierto" de Afinidades Electivas en la cantinita Buenos Aires, G.A. Cháves -uno de los auspiciantes de dicha actividad- leyó este poema (una traducción de un texto de un amigo suyo) con el cual declaro la deuda saldada con la modorra y pereza que me producen los antitabaquistas de derechas, de izquierdas y de centro, morados y manudos, ateos y creyentes, vegetarianos y carnívoros, hetero y homosexuales, padres e hijos de familia, del Barca o madrilistas, de minorías o de mayorías.
SIN TÍTULO- Malcom Harris
Mi pregunta favorita es
"¿Por qué fumás?"
No es tanto una pregunta
sino una afirmación
y la afirmación es
"Sos una mala persona"
y
"Te odio"
Pero aún así yo les respondo
Fumo porque
eso mantiene a la gente
a un mínimo de tres pulgadas de distancia
Fumo porque
la cocaína es muy cara
y la mota me da sueño
Fumo poque eso me permite
observarme a mí mismo exhalando
y recordar que aún puedo respirar
por ahora
Fumo porque eso me hace
parar de hablar
y escuchar un poco
Fumo porque
me gustan los fumadores
porque vos no me gustás
porque qué putas dejame en paz
Fumo porque me gusta
tener pequeños objetos que compartir
porque creo que se ve tuanis
porque de hecho se ve pichudo
Fumo porque
no me gusta caminar solo
ni con gente
Fumo porque me gusta
que la gente me vea con cara de miedo
porque lo que no me mata
me deja listo para que algo más lo haga
Fumo porque eso
me da una excusa para irme
o para quedarme
porque a veces es lo único que me hace
ir afuera
fumo porque así
todo lo que necesito
está a sólo una chispa de distancia
porque no me gustan las armas
ni las cuchillas de afeitar
Fumo porque
me gusta ser juzgado
por las cosas que yo elijo
y no por las que no puedo evitar
Fumo porque algún dia
podré mostrarle a ella
cuánto significa para mí -dejando de fumar.
Fumo porque
una cajetilla medio vacía
equilibra mis bolsillos
porque me parece un mejor uso de capacidad pulmonar
que hablarle a la gente que de por sí nunca escucha
Fumo porque algunos días
los cancerígenos son lo menos áspero
que sale de mi boca
Pero ante todo
yo fumo
porque me gusta responder preguntas.
1 comentario:
Ahora entiendo por qué usted no fue a la reunión de blogueros el viernes pasado: donde estábamos no se dejaba fumar. El poema es ingenioso. Hace falta la poesía como divertimento, que puede serla también.
*Lo invito a mi blog a que comente una entrada que, pensé, sería polémica y ya veo que no.
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