sábado, 10 de mayo de 2008

Fin de siglo


A Doña Aura y don Fernando

“don’t send me no more letters,
not unless you mail them
from desolation row”
B. Dylan


Yo escribí en las paredes un recuerdo
en las paredes del muro del barrio
en el barrio donde hay un muro
donde escribo recuerdos

cada que pasa el sol
las sombras huyen del barrio
y se llevan rocío y jadeos y perros
Buendía sol
saludan los viejos y cuentan monedas y dedos
descendencia y bolsillos
pañuelos y horas
los niños corren sin saludar
se estrellan y comprueban el barrio
donde hay un muro donde escribo recuerdos

doña Señora presume a su hija
su hija es joven y alta y enaguas
y tiene un anillo
zapatitos tacón que gotean distancia
un labio sobre otro su boca
los niños y yo y los viejos vibramos el aire
el aire que a veces es bruma en el barrio
donde hay un muro donde escribo recuerdos

seguro ha muerto en la noche
se dicen los niños
la muerte la guardan los viejos en la bolsa del ojo
los niños se dicen
el gato inflado y hormigas
el gato muerto en la noche
el último gato que huyó de los niños del barrio
donde hay un muro donde escribo recuerdos

las sales el pan los espejos
disparos y hielo semáforo y libros
en los corredores los viejos
fabrican olvido y saliva
y miran la tarde
doña Señora
hace arreglos de flores marchitas y los pone en el tiempo
los niños no vuelven al barrio
donde hay un muro donde escribo recuerdos.

3 comentarios:

C.A. Fallas dijo...

Los barrios siempre nos evocan lo que ya no es, lo que fue, lo que no será más, y muy posiblemente también lo que no fue pero pudo hacer sido. Son pedazos de la vida pasada, que no aceptan tampoco quedarse inmóviles. Finalmente son como la memoria siempre en construcción.

Pelele dijo...

En una entrevista Al Pacino (que es uno de los viejitos de mi olimpo, porque es uraño y pequeño y guapo, qué sé yo)dice sobre su barrio de infancia en el bronx:"En ese barrio siempre ocurría algo. Recuerdo que una vez fui adonde estaban los autobuses, buscando billetes para usarlos como dinero de mentiras. Tendría unos diez años y un chico raro se me acercó con una expresión extraña y me dijo: Sonny- así me llamaban-, un tipo muy raro se me ha acercado y me ha orinado en la boca. Pensé ESO SI ES RARO. Tendrías que ir a decírselo a tu madre, le dije. Cosas así sucedían todos los días.

Después el entrevistador le pregunta que si alguna vez ha regresado a su antiguo barrio del Bronx y Pacino, uraño, como creo que es le dice. ¿Cómo podría? Ya no existe. El Barrio ha desaparecido. Ese mundo se ha terminado.

Así es, los Barrios todos acaban en el mejor de los casos en la memoria.

C.A. Fallas dijo...

Puta, siempre supe que Al Pacino y yo teníamos algo en común.